La salud de los teleoperadores y la responsabilidad de la empresa: nos dieron unas pelotitas
Poco se conversa sobre la salud de los trabajadores de call center. Pareciera que es un trabajo que no implica un desgaste físico mayor.
Sin embargo, estudios internacionales comprueban lo que nosotros vivimos y vemos a diario entre nuestros compañeros: una larga lista de dolencias y afecciones que van desgastando lentamente la salud física y mental y la empresa se hace la ciega y sorda.
Bueno, no seamos injustos, la verdad es que nos repartieron unas pelotitas para prevenir la tendinitis.....
En el caso del teleoperador/a, la carga de trabajo resulta excesiva por el tipo y la naturaleza de las tareas, que derivan en: fatiga mental, estrés, dolor de cabeza, saturación psíquica, irritabilidad y otras dolencias. El compromiso psíquico de esta actividad requiere una "atención" permanente y la utilización de la capacidad de las personas de seleccionar estímulos y accionar los mecanismos de información almacenada en el "depósito" de la memoria que puede ser de corto o largo plazo. El Teleoperador/a recurre a esta memoria, en general de corto plazo de manera sistemática para resolver y tomar innumerable cantidad de decisiones a lo largo de su jornada laboral.
Este desgaste mental se ve incrementado por jornadas de trabajo excesivamente largas. Las pausas y descansos a lo largo de la jornada de trabajo deben estar regulados a fin de impedir que se sobrepase el límite de tolerancia que un trabajador esta en condiciones de soportar cotidianamente. La fatiga y el esfuerzo mental exigido por la institución u empresa en oposición a las necesidades personales deriva en un agotamiento nervioso y en una saturación psíquica en la cual el trabajo aparece sin fin, provocando distintos cuadros de desgaste mental, falta de coordinación en el sistema nervioso, estados de depresión, pánico y dolor sistemático que genera un rechazo en el puesto de trabajo y perturba la estabilidad de cada individuo.
El ruido constante sobre el aparato auditivo produce un daño que es irreversible. La tolerancia auditiva de un teleoperador/a está sometida a un ruido permanente que se repite en cada comunicación con diferentes niveles de intensidad. El ruido es una agresión que provoca un daño lento y acumulativo y que lleva a una pérdida de la sensibilidad y la capacidad auditiva hasta llegar en muchos casos a diferentes grados de pérdida de la audición (sordera) por la exposición permanente a ruidos y distorsión de las comunicaciones.
El alto nivel de exposición al ruido durante la jornada laboral es otro de los factores que genera enfermedades y perturbaciones como el aumento de la intolerancia y la agresividad social; la disminución del rendimiento laboral e intelectual, cefaleas, estrés, aumentos del ritmo cardíaco y respiratorio, hipertensión, trastornos digestivos, gastritis, úlceras, etc.
La queja más común en lo que concierne a molestias visuales, es vagamente descrita como "cansancio de vista". Dichas quejas se refieren a síntomas tales como ardor, ojos rojos, contracción del músculo ocular u ojos secos. Otros síntomas de empeoramiento visual reportados indican empañamiento o dificultad para enfocar objetos de cerca o de lejos, visión vacilante y de colores o doble imagen. Se ha notado que, ante una pantalla, el ojo debe adaptar continuamente su foco. Además, el movimiento desde la pantalla al teclado o al documento de referencia resulta continuo, ya que estos elementos están localizados a una distancia disímil. Este proceso de adaptación y acomodación constante plantea problemas que se ven acrecentados con el correr del tiempo.
La tercera parte de nuestra vida diaria está sometida a los rigores de este trabajo.
Con nuestra salud NO SE JUEGA:
conversa, analiza, reflexiona con tus
compañer@s de trabajo.
Opina. Denuncia. Participa. Exige.
SINTRAC TELEOPERADORES
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